西語童話:La casa vieja
Había en una callejuela una casa muy vieja, muy vieja; tenía casi trescientos años, según podía leerse en las vigas, en las que estaba escrito el año, en cifras talladas sobre una guirnalda de tulipanes y hojas de lúpulo. Había también versos escritos en el estilo de los tiempos pasados, y sobre cada una de las ventanas en la viga, se veía esculpida una cara grotesca, a modo de caricatura. Cada piso sobresalía mucho del inferior, y bajo el tejado habían puesto una gotera con cabeza de dragón; el agua de lluvia salía por sus fauces, pero también por su barriga, pues la canal tenía un agujero.
Todas las otras casas de la calle eran nuevas y bonitas, con grandes cristales en las ventanas y paredes lisas; bien se veía que nada querían tener en común con la vieja, y seguramente pensaban:
«¿Hasta cuándo seguirá este viejo armatoste, para vergüenza de la calle? Además, el balcón sobresale de tal modo que desde nuestras ventanas nadie puede ver lo que pasa allí. La escalera es ancha como la de un palacio y alta como la de un campanario. La barandilla de hierro parece la puerta de un panteón, y además tiene pomos de latón. ¡Se habrá visto!».
Frente por frente había también casas nuevas que pensaban como las anteriores; pero en una de sus ventanas vivía un niño de coloradas mejillas y ojos claros y radiantes, al que le gustaba la vieja casa, tanto a la luz del sol como a la de la luna. Se entretenía mirando sus decrépitas paredes, y se pasaba horas enteras imaginando los cuadros más singulares y el aspecto que años atrás debía de ofrecer la calle, con sus escaleras, balcones y puntiagudos hastiales; veía pasar soldados con sus alabardas y correr los canalones como dragones y vestiglos. Era realmente una casa notable. En el piso alto vivía un anciano que vestía calzón corto, casaca con grandes botones de latón y una majestuosa peluca. Todas las mañanas iba a su cuarto un viejo sirviente, que cuidaba de la limpieza y hacía los recados; aparte él, el anciano de los calzones cortos vivía completamente solo en la vetusta casona. A veces se asomaba a la ventana; el chiquillo lo saludaba entonces con la cabeza, y el anciano le correspondía de igual modo. Así se conocieron, y entre ellos nació la amistad, a pesar de no haberse hablado nunca; pero esto no era necesario.
El chiquillo oyó cómo sus padres decían:
-El viejo de enfrente parece vivir con desahogo, pero está terriblemente solo.
El domingo siguiente el niño cogió un objeto, lo envolvió en un pedazo de papel, salió a la puerta y dijo al mandadero del ancian
-Oye, ¿quieres hacerme el favor de dar esto de mi parte al anciano señor que vive arriba? Tengo dos soldados de plomo y le doy uno, porque sé que está muy solo.
El viejo sirviente asintió con un gesto de agrado y llevó el soldado de plomo a la vieja casa. Luego volvió con el encargo de invitar al niño a visitar a su vecino, y el niño acudió, después de pedir permiso a sus padres.
Los pomos de latón de la barandilla de la escalera brillaban mucho más que de costumbre; se diría que los habían pulimentado con ocasión de aquella visita; y parecía que los trompeteros de talla, que estaban esculpidos en la puerta saliendo de tulipanes, soplaran con todas sus fuerzas y con los carrillos mucho más hinchados que lo normal. «¡Taratatrá! ¡Que viene el niño! ¡Taratatrá!», tocaban; y se abrió la puerta. Todas las paredes del vestíbulo estaban cubiertas de antiguos cuadros representando caballeros con sus armaduras y damas vestidas de seda; y las armas rechinaban, y las sedas crujían. Venía luego una escalera que, después de subir un buen trecho, volvía a bajar para conducir a una azotea muy decrépita, con grandes agujeros y largas grietas, de las que brotaban hierbas y hojas. Toda la azotea, el patio y las paredes estaban revestidas de verdor, y aun no siendo más que un terrado, parecía un jardín. Había allí viejas macetas con caras pintadas, y cuyas asas eran orejas de asno; pero las flores crecían a su antojo, como plantas silvestres. De uno de los tiestos se desparramaban en todos sentidos las ramas y retoños de una espesa clavellina, y los retoños hablaban en voz alta, diciend «¡He recibido la caricia del aire y un beso del sol, y éste me ha prometido una flor para el domingo, una florecita para el domingo!».
Pasó luego a una habitación cuyas paredes estaban revestidas de cuero de cerdo, estampado de flores doradas.
El dorado se desluce
pero el cuero queda
decían las paredes.
Había sillones de altos respaldos, tallados de modo pintoresco y con brazos a ambos lados. «¡Siéntese! ¡Tome asiento! -decían-. ¡Ay! ¡Cómo crujo! Seguramente tendré la gota, como el viejo armario. La gota en la espalda, ¡ay!».
Finalmente, el niño entró en la habitación del mirador, en la cual estaba el anciano.
-Muchas gracias por el soldado de plomo, amiguito mío -dijo el viejo-. Y mil gracias también por tu visita.
«¡Gracias, gracias!», o bien «¡crrac, crrac!», se oía de todos los muebles. Eran tantos, que casi se estorbaban unos a otros, pues, todos querían ver al niño.
En el centro de la pared colgaba el retrato de una hermosa dama, de aspecto alegre y juvenil, pero vestida a la antigua, con el pelo empolvado y las telas tiesas y holgadas; no dijo ni «gracias» ni «crrac», pero miraba al pequeño con ojos dulces. Éste preguntó al viej
-¿ De dónde lo has sacado?
-Del ropavejero de enfrente -respondió el hombre-. Tiene muchos retratos. Nadie los conoce ni se preocupa de ellos, pues todos están muertos y enterrados; pero a ésta la conocí yo en tiempos; hace ya cosa de medio siglo que murió.
Bajo el cuadro colgaba, dentro de un marco y cubierto con cristal, un ramillete de flores marchitas; seguramente habrían sido cogidas también medio siglo atrás, tan viejas parecían. El péndulo del gran reloj marcaba su tictac, y las manecillas giraban, y todas las cosas de la habitación se iban volviendo aún más viejas; pero ellos no lo notaron.
-En casa dicen -observó el niño- que vives muy solo.
-¡Oh! -sonrió el anciano-, no tan solo como crees. A menudo vienen a visitarme los viejos pensamientos, con todo lo que traen consigo, y, además, ahora has venido tú. No tengo por qué quejarme.
Entonces sacó del armario un libro de estampas, entre las que figuraban largas comitivas, coches singularísimos como ya no se ven hoy día, soldados y ciudadanos con las banderas de las corporaciones: la de los sastres llevaba unas tijeras sostenidas por dos leones; la de los zapateros iba adornada con un águila, sin zapatos, es cierto, pero con dos cabezas, pues los zapateros lo quieren tener todo doble, para poder decir: es un par. ¡Qué hermoso libro de estampas!
El anciano pasó a otra habitación a buscar golosinas, manzanas y nueces; en verdad que la vieja casa no carecía de encantos.
-¡No lo puedo resistir! -exclamó de súbito el soldado de plomo desde su sitio encima de la cómoda-. Esta casa está sola y triste. No; quien ha conocido la vida de familia, no puede habituarse a esta soledad. ¡No lo resisto! El día se hace terriblemente largo, y la noche, más larga aún. Aquí no es como en tu casa, donde tu padre y tu madre charlan alegremente, y donde tú y los demás chiquillos están siempre alborotando. ¿Cómo puede el viejo vivir tan solo? ¿Imaginas lo que es no recibir nunca un beso, ni una mirada amistosa, o un árbol de Navidad? Una tumba es todo lo que espera. ¡No puedo resistirlo!
- No debes tomarlo tan a la tremenda -respondió el niño-. Yo me siento muy bien aquí. Vienen de visita los viejos pensamientos, con toda su compañía de recuerdos.
-Sí, pero yo no los veo ni los conozco -insistió el soldado de plomo-. No puedo soportarlo.
-Pues no tendrás más remedio -dijo el chiquillo.
Volvió el anciano con cara risueña y con riquísimas confituras, manzanas y nueces, y el pequeño ya no se acordó más del soldado.
Regresó a su casa contento y feliz; transcurrieron días y semanas; entre él y la vieja casa se cruzaron no pocas señas de simpatía, y un buen día el chiquillo repitió la visita.
Los trompeteros de talla tocaron: «¡Taratatrá! ¡Ahí llega el pequeño! ¡Taratatrá!»; entrechocaron los sables y las armaduras de los retratos de los viejos caballeros, crujieron las sedas, «habló» el cuero de cerdo, y los antiguos sillones que sufrían de gota en la espalda soltaron su ¡ay! Todo ocurrió exactamente igual que la primera vez, pues allí todos los días eran iguales, y las horas no lo eran menos.
-¡No puedo resistirlo! -exclamó el soldado-. He llorado lágrimas de plomo. ¡Qué tristeza la de esta casa! Prefiero que me envíes a la guerra, aunque haya de perder brazos y piernas. Siquiera allí hay variación. ¡No lo resisto más! Ahora ya sé lo que es recibir la visita de sus viejos pensamientos, con todos los recuerdos que traen consigo. Los míos me han visitado también, y, créeme, a la larga no te dan ningún placer; he estado a punto de saltar de la cómoda. Los veía a todos allá enfrente, en casa, tan claramente como si estuviesen aquí; volvía a ser un domingo por la mañana, ya sabes lo que quiero decir. Todos los niños colocados delante de la mesa, cantaban su canción, la de todas las mañanas, con las manitas juntas. Sus padres estaban también con aire serio y solemne, y entonces se abrió la puerta y trajeron a su hermanita María, que no ha cumplido aún los dos años y siempre se pone a bailar cuando oye música, de cualquier especie que sea. No estaba bien que lo hiciera, pero se puso a bailar; no podía seguir el compás, pues las notas eran muy largas; primero se sostenía sobre una pierna e inclinaba la cabeza hacia delante, luego sobre la otra y volvía a inclinarla, pero la cosa no marchaba. Todos estaban allí muy serios, lo cual no os costaba poco esfuerzo, pero yo me reía para mis adentros, y, al fin, me caí de la mesa y me hice un chichón que aún me dura; pero reconozco que no estuvo bien que me riera. Y ahora todo vuelve a desfilar por mi memoria; y esto son los viejos pensamientos, con lo que traen consigo. Dime, ¿cantan todavía los domingos? Cuéntame algo de Marita, y ¿qué tal le va a mi compañero, el otro soldado de plomo? De seguro que es feliz. ¡Vamos, que no puedo resistirlo!
-Lo siento, pero ya no me perteneces -dijo el niño-. Te he regalado, y tienes que quedarte. ¿No lo comprendes?
Entró el viejo con una caja que contenía muchas cosas maravillosas: una casita de yeso, un bote de bálsamo y naipes antiguos, grandes y dorados como hoy ya no se estilan. Abrió muchos cajones, y también el piano, cuya tapa tenía pintado un paisaje en la parte interior; dio un sonido ronco cuando el hombre lo tocó; y en voz queda, éste se puso a cantar una canción.
-¡Ella sí sabía cantarla! -dijo, indicando con un gesto de la cabeza el cuadro que había comprado al trapero; y en sus ojos apareció un brillo inusitado.
-¡Quiero ir a la guerra, quiero ir a la guerra! -gritó el soldado de plomo con todas sus fuerzas; y se precipitó al suelo.
-¿Dónde se habrá metido? Lo buscó el viejo y lo buscó el niño, pero no lograron dar con él.
-Ya lo encontraré -dijo el anciano; pero no hubo modo, el suelo estaba demasiado agujereado; el soldado había caído por una grieta, y fue a parar a un foso abierto.
Pasó el día, y el niño se volvió a su casa. Transcurrió aquella semana y otras varias. Las ventanas estaban heladas; el pequeño, detrás de ellas, con su aliento, conseguía despejar una mirilla en el cristal para poder ver la casa de enfrente: la nieve llenaba todas las volutas e inscripciones y se acumulaba en las escaleras, como si no hubiese nadie en la casa. Y, en efecto, no había nadie: el viejo había muerto.
Al anochecer, un coche se paró frente a la puerta y lo bajaron en el féretro; reposaría en el campo, en el panteón familiar. A él se encaminó el carruaje, sin que nadie lo acompañara; todos sus amigos estaban ya muertos. Al pasar, el niño, con las manos, envió un beso al ataúd.
Algunos días después se celebró una subasta en la vieja casa, y el pequeño pudo ver desde su ventana cómo se lo llevaban tod los viejos caballeros y las viejas damas, las macetas de largas orejas de asno, los viejos sillones y los viejos armarios. Unos objetos partían en una dirección, y otros, en la opuesta. El retrato encontrado en casa del ropavejero fue de nuevo al ropavejero, donde quedó colgando ya para siempre, pues nadie conocía a la mujer ni se interesaba ya por el cuadro.
En primavera derribaron la casa, pues era una ruina, según decía la gente. Desde la calle se veía el interior de la habitación tapizada de cuero de cerdo, roto y desgarrado; y las plantas de la azotea colgaban mustias en torno a las vigas decrépitas. Todo se lo llevaron.
-¡Ya era hora! -exclamaron las casas vecinas.
En el solar que había ocupado la casa vieja edificaron otra nueva y hermosa, con grandes ventanas y lisas paredes blancas; en la parte delantera dispusieron un jardincito, con parras silvestres que trepaban por las paredes del vecino. Delante del jardín pusieron una gran verja de hierro, con puerta también de hierro. Era de un efecto magnífico; la gente se detenía a mirarlo. Los gorriones se posaban por docenas en las parras, charloteando entre sí con toda la fuerza de sus pulmones, aunque no hablaban nunca de la casa vieja, de la cual no podían acordarse.
Pasaron muchos años, y el niño se había convertido en un hombre que era el orgullo de sus padres. Se había casado, y, con su joven esposa, se mudó a la casa nueva del jardín. Estaba un día en el jardín junto a su esposa, mirando cómo plantaba una flor del campo que le había gustado. Lo hacía con su mano diminuta, apretando la tierra con los dedos. -¡Ay!-. ¿Qué es esto? Se había pinchado; y sacó del suelo un objeto cortante.
¡Era él! -imagínense-, ¡el soldado de plomo!, el mismo que se había perdido en el piso del anciano. Extraviado entre maderas y escombros, ¡cuántos años había permanecido enterrado!
La joven limpió el soldado, primero con una hoja verde, y luego con su fino pañuelo, del que se desprendía un perfume delicioso. Al soldado de plomo le hizo el efecto de que volvía en sí de un largo desmayo.
-Deja que lo vea -dijo el joven, riendo y meneando la cabeza-. Seguramente no es el mismo; pero me recuerda un episodio que viví con un soldado de plomo siendo aún muy niño.
Y contó a su esposa lo de la vieja casa y el anciano y el soldado que le había enviado porque vivía tan solo. Y se lo contó con tanta naturalidad, tal y como ocurriera, que las lágrimas acudieron a los ojos de la joven.
-Es muy posible que sea el mismo soldado -dijo-. Lo guardaré y pensaré en todo lo que me has contado. Pero quisiera que me llevases a la tumba del viejo.
-No sé dónde está -contestó él-, y no lo sabe nadie. Todos sus amigos habían ya muerto, nadie se preocupó de él, y yo era un chiquillo.
-¡Qué solo debió de sentirse! -dijo ella.
-¡Espantosamente solo! -exclamó el soldado de plomo. Pero ¡qué bella cosa es no ser olvidado!
-¡Muy bien! -gritó algo muy cerca; pero aparte el soldado, nadie vio que era un jirón del tapiz de cuero de cerdo. Le faltaba todo el dorado y se confundía con la tierra húmeda, pero tenía su opinión y la expresó:
El dorado se desluce
pero el cuero queda.
Sin embargo, el soldado de plomo no lo pensaba así.
其他有趣的翻譯
- 太陽系的行星
- De la selva
- LLUVIA, LLUVIA, VETE LEJOS
- 西班牙斗牛(corrida de toro)
- 西班牙語書信
- 西班牙的風(fēng)俗習(xí)慣
- 西班牙介紹
- 西班牙風(fēng)貌
- 西班牙國旗解說
- 西班牙演員入侵好萊塢(西英)
- 西班牙家族傳統(tǒng)(西英)
- 西班牙文藝(西英雙語)
- 西班牙飲食(西英)
- 科技與發(fā)明(西英雙語)
- 巴塞羅那西英雙語介紹
- 偉大的人道主義者(西英雙語)
- 兒童與教育(西英雙語)
- 如何擁有健康的身體(西語)
- 《一千零一夜》連載一
- 《一千零一夜》連載二
- 《一千零一夜》連載三
- 《一千零一夜》連載四
- 《一千零一夜》連載五
- 《一千零一夜》連載六
- 《一千零一夜》連載七
- 《一千零一夜》連載八
網(wǎng)友關(guān)注
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(完結(jié)篇)
- 看漫畫學(xué)西語:Naruto(火影)!(5)
- 西班牙語美文晨讀:永恒的愛
- 雙語閱讀:諾基亞發(fā)布4100萬像素手機Lumia 1020
- 西班牙語美文晨讀:奶奶,給我講個故事吧(初級閱讀)
- 雙語閱讀:18種抗生素!肯德基,你還敢吃嗎?
- 西語閱讀:麥當(dāng)娜自曝剛出道時曾被強奸
- 西班牙語美文晨讀:新娘(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:雞媽媽(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:友誼如何歷久彌新
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——巴黎篇
- 西語實用口語教學(xué):阿兜仔教你西班牙語-un beso,un abrazo
- 西班牙語美文晨讀:女孩與海螺(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:蒼蠅(初級閱讀)
- 雙語閱讀:萬圣節(jié)的來源
- 西班牙語美文晨讀:我家的陽臺(初級閱讀)
- 西語名著閱讀:堂吉訶德Capítulo VIII 輔助閱讀
- 西班牙語妙詞巧用:知人知面不知心
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—美國
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(二)
- 西班牙語美文晨讀:Los números(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:橋梁(初級閱讀)
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—丹麥
- 西班牙語美文晨讀:被燒毀的森林(初級閱讀)
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—意大利
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—蘇格蘭
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——溫哥華篇
- 西班牙語美文晨讀:我和祖父的一天(初級閱讀)
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(三)
- 西語實用口語教學(xué):阿兜仔教你西班牙語-?
- 雙語閱讀:撒切爾夫人慶祝87歲生日
- 西班牙語美文晨讀:玩具(初級閱讀)
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——蘇黎世篇
- 西班牙語電影推薦:美麗的寂寞(含片源)
- 西班牙語美文晨讀:冬之盡頭(初級閱讀)
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—菲律賓
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——開普敦篇
- 西語閱讀:給男人送禮的禁忌
- 西班牙語美文晨讀:《望月懷遠》(古文西譯)
- 西班牙語美文晨讀:蜥蜴在哭泣(初級閱讀)
- 雙語閱讀:玫瑰花語
- 西語學(xué)習(xí)節(jié)目:西語下午茶(01)
- 西班牙語全攻略學(xué)習(xí)筆記-初次見面(1)
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——特立尼達篇
- 西班牙語美文晨讀:永生守候-西語版“望夫石”
- 西語聽力:虛擬女孩幫助反性侵組織辨認兒童性侵罪犯
- 西班牙語美文晨讀:玫瑰花(初級閱讀)
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——阿德萊德篇
- 跟著老外學(xué)西語20:-ar結(jié)尾動詞第三人稱單數(shù)變位
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—西班牙
- 西班牙語美文晨讀:若我失明(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:愛上你之前
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——上海篇
- 雙語閱讀:減壓
- 雙語閱讀:天天面對電腦,怎么保護眼睛
- 西班牙語閱讀練習(xí):西班牙黃瓜危機
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—中國
- 西語閱讀:2014年十大旅游城市——奧克蘭篇
- 西班牙語美文晨讀:搖籃曲 (初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:哪里,哪里?(初級閱讀)
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—英國
- 西班牙語美文晨讀:《靜夜思》
- 西班牙語美文晨讀:在海港中(初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:月光
- 西班牙語美文晨讀:《金縷衣》(古文西譯)
- 西語閱讀:世界上最奇怪的摩天大樓
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—日本
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(六)
- 西班牙美食幾種常用食材,實用!
- 西語童話:皇帝的新衣(帶字幕)
- 雙語閱讀:歐洲第三大皇宮
- 西班牙語美文晨讀:公雞Nosé
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(五)
- 西班牙語美文晨讀:奔向大海的女孩(初級閱讀)
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(四)
- 西班牙語美文晨讀:Mucha y Poco (初級閱讀)
- 西班牙語美文晨讀:阿蘭胡埃斯之戀
- 西班牙語美文晨讀:蟬之歌(初級閱讀)
- 西班牙語初學(xué)手冊:我是生動的學(xué)習(xí)書2B(上)
- Redondo,el contertulio. 茶話人雷東多(一)
- 西班牙人八大習(xí)慣嚇到外國小伙伴
精品推薦
- 濟寧醫(yī)學(xué)院屬于幾本 濟寧醫(yī)學(xué)院屬于一本還是二本
- 陽光明媚好天氣的朋友圈文案 陽光明媚好天氣的朋友圈句子大全
- 中南大學(xué)林業(yè)科技大學(xué)涉外學(xué)院是幾本 中南林業(yè)科技大學(xué)涉外學(xué)院是二本還是三
- 賴茅專賣店加盟費用一覽 賴茅酒代理加盟條件
- 2022電視劇《星漢燦爛》臺詞語錄摘抄大全
- 關(guān)于2022黨建宣傳標(biāo)語條幅內(nèi)容 2022年基層黨建宣傳標(biāo)語
- 酒店慶祝開業(yè)文案簡短精辟短句 酒店慶祝開業(yè)文案簡短有創(chuàng)意
- 漢德堡漢堡加盟費多少錢 漢德堡漢堡加盟條件及流程
- 曬狗狗的朋友圈配文搞笑句子 曬狗狗的朋友圈配文簡短
- 孤零零一個人沒人心疼的說說 獻給沒人疼的自己句子2022
- 旌德縣05月30日天氣:小雨轉(zhuǎn)雷陣雨,風(fēng)向:北風(fēng),風(fēng)力:<3級,氣溫:28/22℃
- 兩當(dāng)縣05月30日天氣:多云轉(zhuǎn)小雨,風(fēng)向:東北風(fēng),風(fēng)力:<3級,氣溫:29/15℃
- 城中區(qū)05月30日天氣:小雨轉(zhuǎn)中雨,風(fēng)向:東風(fēng),風(fēng)力:3-4級,氣溫:24/10℃
- 溫宿縣05月30日天氣:多云轉(zhuǎn)晴,風(fēng)向:無持續(xù)風(fēng)向,風(fēng)力:<3級,氣溫:26/12℃
- 萬寧市05月30日天氣:多云,風(fēng)向:無持續(xù)風(fēng)向,風(fēng)力:<3級,氣溫:34/25℃
- 海西州05月30日天氣:晴轉(zhuǎn)多云,風(fēng)向:西南風(fēng),風(fēng)力:<3級,氣溫:22/10℃
- 和布克賽爾蒙古縣05月30日天氣:小雨轉(zhuǎn)晴,風(fēng)向:無持續(xù)風(fēng)向,風(fēng)力:<3級,氣溫:11/3℃
- 化隆縣05月30日天氣:小雨轉(zhuǎn)中雨,風(fēng)向:東南風(fēng),風(fēng)力:<3級,氣溫:20/6℃
- 德令哈市05月30日天氣:晴,風(fēng)向:西北風(fēng),風(fēng)力:3-4級轉(zhuǎn)<3級,氣溫:17/8℃
- 博樂市05月30日天氣:晴,風(fēng)向:無持續(xù)風(fēng)向,風(fēng)力:<3級,氣溫:25/10℃
分類導(dǎo)航
熱門有趣的翻譯
- 中西雙語閱讀:蘇菲的世界(28)
- 西班牙語基礎(chǔ)教程 Leccion 5
- 西班牙語慶賀短信
- 西班牙語基礎(chǔ)教程 Leccion 6
- 西班牙語場景會話:租房
- 西班牙語專用語:愛情篇
- 現(xiàn)代西語第一冊 第八課
- 西班牙語情景對話03
- 商貿(mào)西班牙語口語(第3課)
- 西班牙語浪漫短信
- 生活西語:在餐館
- 西班牙語語法細講:被動句和無人稱句
- 西班牙語美文晨讀:阿蘭胡埃斯之戀
- 西語閱讀:世界各國的過年習(xí)俗—蘇格蘭
- 夏日冰品之千奇百怪的啤酒
- 西語生活口語:一個真誠的男人?
- 標(biāo)準(zhǔn)西班牙語語音入門 9
- 西語100句:他現(xiàn)在不在
- 常見昆蟲西班牙語名稱
- 雙語閱讀:九月,故事的開始
- 西語童話:Día de mudanza
- 應(yīng)急西班牙語:結(jié)帳服務(wù)
- 聯(lián)合國世界人權(quán)宣言(四)
- 雙語閱讀:天津小吃
- 小王子 簡介(中西對照)
- 西語聽力:虛擬女孩幫助反性侵組織辨認兒童性侵罪犯